sábado, 2 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 28


Podía ver como Dionne se retorcía en su lugar tratando de ocultar aquella inquietud que emanaba por sus ojos.

Mi mirada era voraz, miré hacia donde apuntaba la botella y algo se retorció dentro de mi. Rápidamente sentí la mirada de Jay y Joe hacia mi. Ellos sabían lo que significaba Nathan para mi...una molestia y mal pasar en cualquier momento y en cualquier lugar."Piensa bien lo que vas a hacer, piensa bien lo que vas a hacer", me repetía una y otra vez en mi mente mientras en un impulso tomé la botella y la dejé a un lado mirando a Nathan a espera de una respuesta.






Su expresión era indescifrable. Sus brazos cruzados frente a su pecho, sus labios formando una sola línea, su ceja izquierda un poco alzada y sus ojos seguían el movimiento de mi mano cautelosamente con un poco de asombro, podría decir, quizás con humor. "¿Era esto lo que esperabas Sykes?".


Lo miré fijamente por unos segundos esperando a que hiciera algún gesto, pero sus ojos por un momento se congelaron en el suelo, así que me enderecé sobre mis rodillas y sin que nadie lo notara trate de aclara mi voz para hablar.


-¿Y bien?- mi voz sonó pequeña, tranquila, pero con fría firmeza. Como me lo esperaba.


Nathan levantó su cabeza y sus ojos buscaron los míos- Tu escoges-.su voz sonó ronca y en esa dos palabras pude sentir más de alguna promesa indecente que estaba guardada en los confines de su mente.






Le entrecerré los ojos y me crucé de brazos. Mi espalda formaba una sola línea y por un momento sentía que tenía el control sobre el. "Eso es lo que te quiere hacer creer, estúpida", mi subconsciente afloró esas nueve palabras a la superficie haciéndome entender su juego.


"¿Quieres jugar Sykes?....bien, juguemos"


Levanté mi mano derecha hasta mi boca, tocando mi labio inferior con mi dedo indice de una forma pensativa mientras lo miraba con desaprobación ante su corta frase.

Me planteé un par de ideas y la última que tuve fue la más coherente ante lo que Nathan estaba haciendo.

A pesar de que odiaba reconocerlo, sabía como le gustaba jugar con las chicas.Era obvio que me iba a dejar escoger a mi una de las tres alternativas y ante lo que había pasado hacia dos minutos atrás- él y yo- sabíamos la respuesta.


"No te arrepientas, no te arrepientas"


Analicé bien mis respuesta por unos segundos antes de contestar.


-Bueno, ummm...- miré a mi alrededor actuando con inocencia- beso.


Me encogí de hombros mientras lo miraba y veía como una pequeña sonrisa burlona se escapaba de su boca.

Algo se me vino a la mente y antes de que pudiera detenerlo mi boca hablaba por si sola- Eso, si es que tu novia no se molesta- Le di una pequeña sonrisita burlona y el frunció el ceño hacia mi.

-Ella no es mi novia- su tono sonó frío. Sin ningún sentimiento expresado en él.






Por el rabillo del ojo pude ver como una mueca de dolor cruzaba
el rostro de Dionne.

Estábamos frente el uno del otro,sentados sobre nuestras rodillas, él con sus brazos cruzados delante de su pecho y yo con mis manos suavemente posicionadas sobre mi regazo, mirándonos fijamente el uno al otro.

Como era previsto, ambos sabíamos que el beso sería dado por mi, tendría que ser cuidadosa y una idea me cruzó la cabeza como una estrella fugaz.

Mientras la idea iba tomando forma en mi mente vi como Nathan se acercaba a mi lentamente, hasta que descansó su boca en mi oído derecho. Yo solo me quedé quieta sin expresión alguna en mi rostro.


-¿Quieres apostar....?-su voz era lo suficientemente cautelosa y áspera como para que sólo yo escuchara su apuesta de último minuto.


Me incliné un poco hacia adelante para que mi boca quedara a centímetros de su oído- ¿Apostar qué?...¿El qué tu amiga muera de celos con esto, al igual que Joe?, porque si mal no recuerdo él es tu amigo y porque sé que es lo que quieres con esto Nathan...- traté de que mi voz sonara casual y a la vez con un poco de amenaza.




Pude sentir como las comisuras de su boca se elevaban un poco y como su aliento golpeó mi oreja.Lo cual hizo que se me erizara la parte de atrás de mi nuca- Eres inteligente, pero no...es algo mejor.

Mi mente divagaba en las infinitas opciones que Nathan tenia entre sus manos, pero volví a mi misma cuando Tom nos hizo saber que no estábamos solos.


-Si quieren se apuran, no tenemos todo el día- sonaba irritado, al igual que los demás cuando vi el rostro de cada uno de los que nos rodeaban. Joe alejó su mirada cuando mis ojos chocaron con los suyos.





Una punzada apretó mi pecho y sentí como mi corazón se recogía. "Él es tu novio estúpida, no le hagas esto",esa simple idea llenó mi cabeza en una fracción de segundos. Nunca había querido a alguien como lo quería a él. Miré a mi alrededor y me puse a pensar que nunca había conocido a personas como las que me rodeaban en ese momento y cuando mis ojos se volvieron a Nathan y chocaron con sus ojos misteriosamente verdes la idea de que nunca había conocido a alguien como él también cruzó mi cabeza.

Alguien que se mostraba como era,pero a la vez tenía un cierto misterio cuando lo mirabas a los ojos, el hombre el cual todas las chicas querían tener para ellas, pero ellas nunca serían suficientes para él, el hombre el cual podía ser muy cómico a cualquier momento, pero a la vez te podía hacer rabiar con tan solo una acción que él hiciera.

Si tuviera que definirlo en una sola palabra, esa sería mistero, eso era él, un misterio.


Y conociendo más su lado arrogante que cualquier otro sabía que si no hacía lo que tenía propuesto él definitivamente haría de mi vida un infierno.Mi orgullo y mis ganas de nunca rendirme le ganaron a la punzado que sentía en mi pecho.


-Esto es un juego Nathan...solo un juego más de los que te gustan- me separé unos centímetros y sin esperar su respuesta tomé su cara entre mis manos y junté mis labios lentamente con los suyos.